Intervenciones Parlamentarias de Jorge Fernández

miércoles, 3 de noviembre de 2010

VISITA PASTORAL DEL PAPA A ESPAÑA

Publicado en "Católicos On Line", 26 de noviembre de 2010

El Papa vuelve a España. Con ocasión del Año Santo Compostelano, Benedicto XVI irá a Santiago el próximo día 6 de noviembre y al día siguiente a Barcelona donde dedicara el Templo de la Sagrada Familia, elevándolo a la categoría de Basílica.

Es un viaje que tiene varias claves de lectura. Una muy importante es la especial predilección –y me atrevo a decir que preocupación- del Santo Padre por España. Estuvo en 2006 en Valencia con ocasión del Encuentro Mundial de las Familias y tiene previsto volver el año que viene a Madrid a la Jornada Mundial de la Juventud.

En la agenda de visitas pastorales y de Estado del Santo Padre, no hay precedentes –fuera de Italia- de tantas visitas a un mismo país en tan breve espacio de tiempo. En esa “predilección-preocupación” sin duda deben estar presentes los servicios prestados históricamente por España a la Iglesia Católica y a la causa de la evangelización.

Por otra parte, conviene no olvidar que casi el 50% de los católicos del mundo rezan en español, y la actual situación de profunda secularización y erosión de nuestras profundísimas raíces cristianas. Todo ello, pienso está tras este importante viaje pastoral.

Así, entre dos encuentros internacionales –Familia y Juventud- los dos, insisto, celebrados en nuestro país (lo que ya en sí mismo es un hecho de gran relevancia) el Papa incluye otra visita mas a España.

El viaje a Santiago de Benedicto XVI es una ocasión magnifica para recorder esas raíces cristianas tanto nuestras como del conjunto de Europa. El Camino de Santiago, con la meta de la tumba del Apóstol, ha marcado la identidad cultural y religiosa del Viejo continente. Al lado de esta próxima peregrinación de Benedicto XVI, resalta, penosamente y por contraste, que el Gobierno de España haya estado totalmente ausente de este Ano Jubilar. La política radicalmente laicista del Sr. Zapatero queda tan en evidencia que no requiere por desgracia de más comentarios.

La visita a Barcelona el 7 de noviembre, a los 28 años justos de la visita de Juan Pablo II a la Sagrada Familia, es de un muy profundo calado. Gaudí –en proceso de beatificación para exasperación de laicistas, que no asumen que se puede ser un arquitecto genial y profundamente católico- proyectó y comenzó un templo que se desarrolla a caballo de tres siglos. No hay ningún templo de esas características en construcción en nuestro actual mundo. Evoca las grandes catedrales de la Edad Media y resulta extraordinario que este grandioso Templo-Basílica, monumento aun en construcción, sea el más visitado de España junto a la Alhambra de Granada. En la paganizada Cataluña, ¿la Holanda del Sur?, en la secularizada Barcelona, capital del arte, la cultura, donde la diosa Razón quiere imponerse y hacerse incompatible con la Fe, la Sagrada Familia es un signo de contradicción para la Modernidad, tan presente en la ciudad.

Sin duda el Papa ha decidido hacer de Barcelona y de la Sagrada Familia un ejemplo esplendido de la compatibilidad de la cultura y la religión, de la ciencia y la fe y, al tiempo, de recordar, al igual que en Santiago, las raíces cristianas de España, y en particular de Cataluña.

Por último, otro motivo de reflexión: Barcelona tiene el privilegio de ser la única gran ciudad del mundo con dos grandes templos expiatorios: la Sagrada Familia y el Sagrado Corazón del Tibidabo. Dos grandes iconos de Barcelona, dos templos católicos y expiatorios. La Providencia, en sus designios, parece ha querido este gran signo de contradicción y de misericordia para una urbe muy necesitada de ella en estos tiempos de beligerante relativismo moral.

Jorge Fernández Díaz

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