Intervenciones Parlamentarias de Jorge Fernández

miércoles, 29 de agosto de 2007

Diputación Permanente del Congreso de los Diputados, 29 de agosto de 2007

PETICIÓN DE COMPARECENCIA DE LA MINISTRA DE FOMENTO, PARA PRESENTAR, CON CARÁCTER URGENTE EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS, EL INFORME DE DICHO MINISTERIO SOBRE LAS INFRAESTRUCTURAS EN CATALUÑA QUE HA SIDO OBJETO DE ESTUDIO POR EL CONSEJO DE MINISTROS DEL DÍA 24 DE AGOSTO DE 2007, FORMULADA POR LOS GRUPOS PARLAMENTARIOS CATALÁN (CONVERGÈNCIA I
UNIÓ) Y VASCO (EAJ-PNV).


El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Gracias, señor presidente.
Señor Puig, lo tenemos muy fácil. El primer Pleno
ordinario es el martes 11 de septiembre, día de la Diada,
y vamos a plantear una iniciativa parlamentaria que
deshaga en sesión plenaria el empate que en la Diputación
Permanente se produce. Fíjese si lo tenemos fácil.
Yo espero que en esta ocasión no se produzcan incoherencias
como las que señalaba en la anterior iniciativa
nuestra; es decir, que grupos parlamentarios que hace
meses pidieron la comparecencia del presidente del
Gobierno, grupos que reiteradamente han reprobado a
la ministra, luego cuando otro grupo pide la comparecencia
del presidente del Gobierno votan en contra,
yendo contra sus propios actos. Nosotros, que hoy vamos
a votar esta petición del Grupo de Convergència i Unió
relativa a la comparecencia de la ministra de Fomento
en Comisión para explicar ese informe que ha sido presentado
al Consejo de Ministros; nosotros, que hemos
votado en esta Diputación Permanente a favor de esa
comparecencia que nos parece absolutamente imprescindible
del vicepresidente Solbes para informar acerca
de lo que antes se debatió —cumplimiento de la adicional
tercera del Estatuto—, porque interesa a todos los
españoles, a los catalanes y al conjunto de los españoles,
tenemos una modestísima autoridad para pedir —no sé
si desde la catalanofobia o catalanofilia— que ese
empate se deshaga en el Pleno del Congreso y, eso sí,
para pedir coherencia a todos, para decir en Barcelona
y en Madrid lo mismo y para decir el 23 de febrero, el 21
de marzo, el 14 de agosto y el 28 de agosto también lo
mismo, sobre todo si no han variado las circunstancias
—señor Puig, en eso estaremos de acuerdo—, y no hablo
de otros grupos parlamentarios que seguramente en su
tierra de origen tendrán difícil de explicar el sentido de
su voto en esta ocasión. En fin, como hay que solventar
ese empate tenemos la ocasión.
Señor presidente, me sorprende una cosa. La referencia
del Consejo de Ministros alude a informes sobre
la situación de las infraestructuras del transporte en
Cataluña, y luego ese informe se circunscribe a hablar
de inversión presupuestada y de licitación adjudicada,
además de hablar de las excelencias del aeropuerto de
El Prat y de los ferrocarriles de Cataluña, lo cual sinceramente
es un insulto a la inteligencia porque el informe
no habla sobre las inversiones sino sobre la situación,
que tiene mucho que ver con el normal funcionamiento
de los servicios. Entiendo modestamente que hablar de
la situación de las infraestructuras del transporte en
Cataluña es hablar de la inversión, de la licitación, pero
sobre todo y ante todo del funcionamiento. Esa es la
situación. ¿Cómo están funcionando los servicios
públicos básicos para la comunidad a los que se ciñe ese
informe? Que el Consejo de Ministros haya escuchado
un informe sobre situación donde no se alude para nada
a lo que ha pasado en el aeropuerto o en las autopistas
de peaje, ni a lo que está pasando en los servicios de
Cercanías, sinceramente es un insulto a la inteligencia.
En todo caso, me sorprende a estas alturas que la ministra
de Fomento —y lo digo sin ironía— no haya pedido la
comparecencia a petición propia en la Comisión para
explicar el informe que ha evacuado ante el Consejo de
Ministros. ¿O es que la información del Consejo de
Ministros es reservada y siendo así después saca referencia
oficial de lo tratado en Consejo de Ministros? Si
no es reservado y es un informe sobre la situación de las
infraestructuras en Cataluña, que es un tema que todo
este mes de agosto está preocupando y ocupando a este
Congreso de los Diputados, que comparezca ante la
Comisión y se lo explique. Si ha informado al Consejo
de Ministros que lo explique al Congreso de los Diputados.
Está operando en la gestión el nuevo Centro de Coordinación
de Operaciones Ferroviarias en Barcelona, lo
cual pone de manifiesto que el problema no es tanto de
inversión como de gestión. Si ese Cecof es la fórmula
mágica para resolver el reiterado en el tiempo problema
del anómalo funcionamiento del servicio de Cercanías
en Cataluña, que tanto está perturbando la vida ciudadana,
y se están reuniendo con frecuencia las autoridades
del Estado con las de la Generalitat de Catalunya para
tratar de lo que el secretario de Estado de Infraestructuras
como presidente de ese centro de coordinación les traslada
en orden a la mejora de la gestión de ese servicio,
que también lo conozca la Comisión de Fomento del
Congreso de los Diputados. Por tanto, en cuanto a lo que
conocen las autoridades de la Generalitat y del Estado
sobre la gestión de esos servicios en el seno del Cecof y
lo que conoce el Consejo de Ministros sobre el funcionamiento
de los servicios, no tiene menos legitimidad
para recabar que se le informe de esos estudios y
balances de situación la Comisión de Fomento del Congreso
de los Diputados y, por tanto, nosotros vamos a votar a favor.
Termino reiterando dos cosas: primero, no entendemos
por qué la ministra no lo ha pedido a petición
propia y, segundo, que en ese informe no hay ni la más
mínima mácula de autocrítica por parte del Gobierno.
Cualquiera que lea el informe, según referencia que ha
conocido el Consejo de Ministros, y no conozca lo que
está pasando en Cataluña creerá que está viviendo en el
país de las maravillas, en otro país. No se habla para nada
de los problemas que está habiendo en Cataluña, y por
supuesto cuando se piden disculpas a los ciudadanos es
por las culpas de otros, sobre todo del Partido Popular.
Jamás ha habido —todavía estamos esperando— una
mínima autocrítica por parte del Gobierno, del presidente
del Gobierno, del Ministerio de Fomento, por parte del
Cecof o de las autoridades, cualesquiera que sean y que
tengan competencias en la materia, diciendo que no solo
el azar, las eléctricas, el mal tiempo o el Partido Popular
son los responsables, sino que alguna responsabilidad
tiene el Gobierno de lo que está pasando en Cataluña.
(Varios señores diputados: ¡Muy bien!)

***

El señor PRESIDENTE: Tiene la palabra el señor Fernández Díaz.

El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Señor presidente,
intervengo simplemente para poner de manifiesto que,
efectivamente, el 14 de agosto la ministra se explicó ante
la Comisión de Fomento; diez días después se ha explicado
ante el Consejo de Ministros. Si era lo mismo,
sobraba lo segundo; si no era lo mismo, tenemos el
derecho de pedir que lo que conoció el Consejo de
Ministros, dada la situación de alarma social que existe
en Cataluña, lo conozca esta Cámara. Por tanto, lo sorprendente
es oponerse y, sobre todo, que la ministra no
solicite comparecer a petición propia. Además, señor
Fernández, lo que es más sorprendente todavía es que
ustedes, que están viviendo lo que pasa cada día en
Cataluña, estén defendiendo a la ministra de Fomento y
no se estén sumando a lo que está pidiendo una inmensa
mayoría de ciudadanos, que es una cosa tan normal como
que funcionen dignamente esos servicios públicos. Si no
funcionan bien, en lugar de escudarse en responsabilidades
ajenas, que se asuman las propias, sobre todo
cuando estas las han pedido ya quienes tienen el derecho
y el deber de hacerlo, que son sus representantes en esta
Cámara.

Diputación Permanente del Congreso de los Diputados, 28 de agosto de 2007

PETICIÓN DE COMPARECENCIA DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PARA EXPLICAR LA AUSENCIA DE RESPUESTA DEL GOBIERNO ANTE LA VOLUNTAD MAYORITARIAMENTE EXPRESADA CON EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS, DE CENSURA A LA MINISTRA DE FOMENTO, ASÍ COMO PARA INFORMAR SOBRE LAS CAUSAS DEL CAOS DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS EN CATALUÑA, ESPECIALMENTE SUMINISTRO ELÉCTRICO, TRÁFICO FORROVIARIO Y OTRAS INFRAESTRUCTURAS Y LAS MEDIDAS QUE PIENSA ADOPTAR PARA SUBSANAR ESTA CRISIS GENERALIZADA.


El señor PRESIDENTE: Punto número 3: Petición
formulada por un número suficiente de diputados miembros
de la Diputación Permanente, pertenecientes al
Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, de que se
acuerde la celebración de una sesión extraordinaria del
Pleno del Congreso de los Diputados con el siguiente
orden del día: Comparecencia del presidente del
Gobierno para explicar la ausencia de respuesta del
Gobierno ante la voluntad mayoritariamente expresada
en el Congreso de los Diputados, de censura a la ministra
de Fomento, así como para informar sobre las causas del
caos de los servicios públicos en Cataluña, especialmente
suministro eléctrico, tráfico ferroviario y otras
infraestructuras y las medidas que piensa adoptar para
subsanar esta crisis generalizada.
Tiene la palabra el señor Fernández Díaz.

El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Gracias, señor presidente.
Mi grupo parlamentario, de acuerdo con lo previsto
en el Reglamento de la Cámara, ha presentado la petición
de comparecencia del presidente del Gobierno en los
términos que el señor presidente acaba de leer, y según
consta en el orden del día de esta Diputación Permanente.
El motivo por el que solicitamos una comparecencia
extraordinaria del presidente del Gobierno es para
que explique en sede parlamentaria, y no solo a través
de los medios de comunicación o al Consejo de Ministros,
la razón por la que mantiene en su puesto, es decir,
mantiene la confianza política en la persona de la titular
del Ministerio de Fomento, doña Magdalena Álvarez,
que por dos veces ha sido reprobada, respectivamente en
Pleno y en Comisión, por este Congreso de los Diputados.
Sé muy bien, señor presidente —y mi grupo lo sabe
perfectamente—, que la moción de reprobación individual
de los ministros del Gobierno no está prevista ni en
el Reglamento de la Cámara ni en la Constitución; como
todos sabemos, está prevista la censura del presidente
del Gobierno —moción de censura constructiva—, y es
el presidente del Gobierno, una vez acreditada la confianza
de la Cámara, quien libremente nombra y separa
a los ministros de su Gobierno. Eso es lo establecido
jurídica y constitucionalmente, pero no se agota ahí la
responsabilidad del presidente del Gobierno, menos ante
la Cámara, puesto que en este caso nosotros consideramos
que esa comparecencia no es una exigencia jurídica
o constitucional, stricto sensu, sino que es una exigencia política.
El señor presidente del Gobierno ya en el debate de
investidura manifestó su voluntad política de convertir
esta Cámara, y en general a las Cortes, al Parlamento,
en el centro de la vida política nacional. Nos parece que
cuando el Congreso de los Diputados —insisto, por dos
veces— ha reprobado políticamente a una ministra, a un
miembro de su Gabinete, el presidente del Gobierno, que
no tiene la obligación, como hemos dicho, legal de
cesarla, sí tiene la obligación política de explicar al
Congreso que ha reprobado a la ministra por qué no hace
caso de lo que dice el Congreso y por qué mantiene su
confianza en la ministra. Quiero recordar que esta afirmación
que hago viene sustentada por los hechos, como
es obvio.
El pasado 21 de marzo hubo un Pleno, con una comparecencia
extraordinaria de la señora ministra de
Fomento ante el mismo, para debatir precisamente
acerca de la situación absolutamente extraordinaria,
absolutamente grave que se padecía en Cataluña en
general, de manera muy particular en Barcelona, con
ocasión del deficiente, lamentable, penoso funcionamiento
del servicio de Cercanías de Renfe en Cataluña,
que estaba provocando innumerables trastornos, anomalías
que afectaban a la vida cotidiana de centenares de
miles de ciudadanos. Por la estación de Sants, que es, de
alguna manera, el epicentro de este problema, circulan
diariamente mil trenes y 200.000 pasajeros usan diariamente
el servicio de Cercanías de Renfe en Cataluña
desde la estación de Sants. Recientemente, el secretario
de Estado de Infraestructuras ha comentado que son
diariamente más de 411.000 viajeros los que utilizan ese
servicio. Con eso quiero decir que un problema tan reiteradamente
mantenido en el tiempo, en un servicio
utilizado diariamente por parte de tantos miles, centenares
de miles de ciudadanos, como es lógico está afectando
de una manera muy notable la vida de los ciudadanos.
Estamos hablando de servicios públicos
fundamentales, básicos para la comunidad, cuya titularidad
depende, en última instancia, del Gobierno de la
nación y en la mayoría de los casos del Ministerio de
Fomento. Estamos hablando en este caso, por ejemplo,
el aeropuerto de El Prat, y conviene recordar para ilustrar
hasta qué punto este asunto viene de lejos, el caos que
padecieron más de 100.000 viajeros de forma directa
el 28 de julio del pasado año, con ocasión de una lamentable
gestión en la ejecución de la concesión del servicio
de handling en tierra en el aeropuerto de El Prat que
llevó, entre otras cosas, a que las pistas estuvieran ocupadas
—caso absolutamente insólito en la historia en un
aeropuerto civil— durante muchas horas. Estamos
hablando, por ejemplo, de un colapso histórico en la
autopista de peaje A-7 de Barcelona a principios de este
mes, precisamente como consecuencia de la falta de
confianza de muchos ciudadanos en ese servicio de
Cercanías, lo que hace que utilicen como fórmula alternativa
de desplazamiento el coche con una frecuencia
superior a la normal, por lo que se produjo ese colapso
histórico, con retenciones de hasta 75 kilómetros.
Estamos hablando del servicio de Cercanías, por no
hablar de otro servicio público fundamental, no directamente
vinculado al Ministerio de Fomento pero sí al
Gobierno de la nación en un margen de competencias
como es el eléctrico, que llevó a que el pasado 23 de julio
hubiera un apagón histórico en la ciudad de Barcelona
que afectó a más de 330.000 abonados o, lo que es lo
mismo, más de un millón de ciudadanos.
Señorías, estamos hablando de cosas muy graves;
estamos hablando de servicios públicos fundamentales
para la comunidad, gestionados por el Gobierno o con
competencias del Gobierno; estamos hablando de centenares
de miles de ciudadanos que ven perturbado el
normal desarrollo de sus vidas por mor de estas anomalías,
y en consecuencia alguien debe responder políticamente
de eso. Así lo entendieron muchos grupos parlamentarios,
concretamente cuatro, en el Pleno del día 21
de marzo y en la Comisión del pasado 14 de agosto,
donde implícita y sobre todo explícitamente pedimos la
dimisión, el cese de la señora ministra de Fomento. La
señora ministra de Fomento se ha pronunciado diciendo
que a ella no la nombra el Congreso de los Diputados,
que constitucionalmente ella no debe tener la confianza
del Congreso de los Diputados. Tiene razón pero por eso
nosotros pedimos que venga quien sí responde de su
mantenimiento en el cargo, de su nombramiento y cese,
que es el presidente del Gobierno. Insisto, el presidente
del Gobierno puede no cesarla pero lo que no puede
hacer es no explicar al Parlamento, no explicar al Congreso
de los Diputados por qué no la cesa cuando reiteradamente
el Congreso de los Diputados se lo ha pedido.
Termino, señor presidente. Esto lo hemos dicho varios
grupos parlamentarios. Lo hemos dicho el pasado 14 de
agosto; lo dijimos el 21 de marzo, pero ahora no solo
nosotros pedimos la comparecencia en Pleno del presidente
del Gobierno. Los socios de Gobierno del señor
Rodríguez Zapatero y del Partido Socialista en el
Gobierno de la nación y los socios del Gobierno de la
Generalidad de Cataluña, que por tanto conocen perfectamente
la génesis y la etiología de este problema, también pidieron
en su día la comparecencia del presidente
del Gobierno. Voy a terminar —ahora sí, presidente—
leyendo literalmente la petición de comparecencia del
presidente del Gobierno que los grupos de Esquerra
Republicana, Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya
hicieron el pasado 23 de febrero: Ante las incidencias
acaecidas en el servicio de Renfe en Cataluña se han
presentado diferentes iniciativas al respecto: preguntas,
proposiciones no de ley, interpelaciones a la ministra de
Fomento y mociones. Lejos de mejorar la situación —lo
decían el 23 de febrero, y lo que ha caído después— ha
habido una multiplicación de las incidencias y no se
observan mejoras apreciables en el servicio de Renfe.
Dado que después de interpelar a la ministra de Fomento
no ha mejorado la situación, los grupos parlamentarios
abajo firmantes, Esquerra Republicana e Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya, piden, según los artículos
196 y 197 del Reglamento del Congreso, la comparecencia
del presidente del Gobierno en el marco de
un debate monográfico en Pleno para que informe, etcétera.
Eso lo decían sus socios de Gobierno el pasado 23
de febrero. Nosotros, después de lo que ha seguido sucediendo
y tras la reprobación de la ministra de Fomento,
ahora pedimos que esos grupos, igual que nosotros y que
otros grupos de la Cámara que solicitamos su dimisión,
seamos respetados por el presidente del Gobierno y diga
a esta Cámara por qué mantiene en su puesto a la
ministra de Fomento, y nos dé asimismo garantías suficientes
y válidas de que esta situación va a terminar
definitivamente.
Muchas gracias. (Aplausos.)

***

El señor PRESIDENTE: Continuemos, por favor.
Señor Fernández Díaz.

El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Gracias, señor presidente.
Señor De la Encina, yo no lo preguntaré por qué se ha
ido el señor Maragall (Risas.), no se lo preguntaré; si
quiere, se lo pregunto.
Muy brevemente. A nosotros, que nos acusen desde
sus filas de fobia catalanista, no nos sorprende. Lo que
nos sorprende es que acuse de fobia catalanista a
Esquerra Republicana, a Iniciativa per Catalunya o a
Convergència i Unió. Porque si quiere le leo lo que el
señor Tardà dijo —consta en el «Diario de Sesiones»—
el 21 de marzo a la ministra, lo que el pasado 14 de
agosto se dijo a la ministra, y si quiere también le leo lo
que se dijo en muchas otras intervenciones. Esquerra
Republicana, Iniciativa per Catalunya, Convergència i
Unió y nosotros hemos pedido explícitamente la dimisión
de la ministra. Sea un poco, permítame que se lo
diga así, serio. Si hemos dicho lo mismo y hemos votado
lo mismo, o todos somos anticatalanistas o no lo somos
ninguno, pero eso de que solo lo seamos nosotros me
parece que es poco serio por su parte. Modifique el
guión, porque en este caso del que estamos hablando no
le sirve. Usted dice que lo que está pasando son problemas
puntuales; explíquenselo ustedes a los centenares
de miles de catalanes que llevan años —porque ya en el
año 2005 los problemas eran muy graves— padeciendo
día a día esos problemas puntuales que usted
dice(Rumores.—La señora Cunillera i Mestres: Claro
que sí, claro que sí.). No se enfade, señora Cunillera.
(Protestas.—La señora Cunillera i Mestres: Es que
me gusta cuando me da la razón.)

El señor PRESIDENTE: Por favor. Señora Cunillera,
por favor, mantengamos el orden y no convirtamos en
esto la Diputación Permanente. Señor Fernández Díaz,
voy a hacerles un ruego a todos: mantengamos en la
medida de lo posible una cierta calma y orden en la
Diputación Permanente, entre otras cosas porque vamos
a pasar del argumento político a otro tipo de argumento
que creo que no merece la pena. Por tanto, les ruego por
favor que mantengan la calma y el orden.
Concluya, señor Fernández Díaz.

El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Yo comprendo que a
mi buena amiga, la señora Cunillera, diputada por Lleida,
le moleste haber tenido que comprobar que el AVE llegó
a Lérida de las manos de un Gobierno del Partido
Popular, en octubre de 2003. (Risas.—Varios señores
diputados: Sí, señor.—La señora Cunillera i Mestres:
A 200 por hora. ¡Vaya medalla!) Si además estuvimos
juntos en el viaje inaugural de Madrid a Lérida, señora
Cunillera. (Risas.) ¿Por qué se enfada usted? Octubre
de 2003. Tuvo que llegar un Gobierno del Partido
Popular, y con apoyo de Convergència i Unió, se lo
reconozco, para que el AVE llegara a Cataluña. Lo comprendo.
Señor De la Encina, en cuanto a sumar, yo me sumo
a lo que han dicho los otros grupos parlamentarios.
Empiezo por decirle que, para la reprobación de una
ministra —en los términos que antes dijimos, reprobación
política—, en ningún sitio se dice que tuviera que
ser mayoría absoluta; basta con mayoría simple. El
día 21 de marzo —no sé si usted estuvo en el Pleno, me
imagino que sí—, usted vería que solo intervinimos
cinco grupos parlamentarios. Cinco. De los cinco
grupos, cuatro pedimos clarísimamente la dimisión de
la ministra; cuatro grupos contra uno; sumábamos 170
diputados sobre 164. El pasado 14 de agosto, estábamos
en esta misma sala, pero constituidos en la Comisión de
Fomento y Vivienda, como sabe muy bien su señoría.
Intervinimos siete grupos parlamentarios. El señor
Rodríguez intervino por el Grupo Mixto. Me imagino
que no sumará todos los diputados del Grupo Parlamentario
Mixto, porque nos consta que algunos no apoyan
a la ministra, y son del Grupo Mixto; por ejemplo, los
diputados de Coalición Canaria. Voy a decir una cosa:
el señor Rodríguez —no quiero hacer un juicio de intenciones,
me refiero a la lectura que yo hice de sus palabras—
no reprobó a la ministra, pero tampoco la apoyó;
y me parece que el señor Beloki, del Grupo Vasco, hizo
lo mismo. Por tanto, cuatro grupos, que representábamos
a 170 diputados, pedimos explícitamente la
dimisión, y un grupo, el suyo, que representaba a 164
diputados, la apoyó explícitamente. Los otros dos
grupos, en mi opinión podría interpretarse que, en una
hipotética votación, se hubieran abstenido. Eso es lo que
yo digo, en coherencia con lo que todos los grupos
dijeron.

El señor PRESIDENTE: Vaya concluyendo, señor
Fernández.

El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Termino, señor presidente.
Si hablamos del pasado, señoría, el pasado también
es el año 1982. ¿Dígame usted qué hizo el Gobierno
socialista durante sus catorce años de Gobierno,
de 1982 a 1996, en cuanto a las grandes obras de infraestructura
que necesitaba Cataluña para garantizar la
competitividad de su economía y mantener la calidad
de vida de sus ciudadanos? Señor De la Encina, cíteme
usted…

El señor PRESIDENTE: Señor Fernández Díaz,
termine, por favor, porque si no el debate va por unos
derroteros que ya no responden al orden del día.

El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Termino, señor presidente,
pero es que antes me ha interrumpido la señora
Cunillera. Señor De la Encina, cíteme usted una, solo
una, gran obra de infraestructura que se esté ejecutando
—yo digo que malejecutando— por ustedes en estos
momentos en Cataluña promovida por el Partido Socialista.
Ni una sola, señor De la Encina.

lunes, 27 de agosto de 2007

La Vanguardia, domingo 26 de julio de 2007

INFRAESTRUCTURAS Y ELECCIONES.

Catalunya padece desde hace mucho tiempo un penoso funcionamiento de diversos servicios públicos fundamentales. Centenares de miles de ciudadanos ven perturbadas de manera reiterada sus vidas cotidianas por la manifiesta incompetencia en la gestión de esos servicios. Es una ineficiencia que se arrastra desde que se acometiera por el actual Gobierno la ejecución de los grandes proyectos de infraestructuras promovidos por gobiernos anteriores. Las obras del AVE y las del aeropuerto de El Prat son de una gran complejidad, por ello Fomento debió dedicar toda su atención a su correcta ejecución. No lo hizo, y ahora, cuando la paciencia de los catalanes no da para más y se aproximan las elecciones, las luces de alarma se han encendido en el Gobierno. Zapatero no puede permitir que su balance de gestión en Catalunya vaya asociado especialmente a la ineficacia, al caos y la chapuza. Caos en El Prat -recuérdese el espectáculo del 28 de julio del 2006- con 100.000 viajeros afectados. Apagón histórico, con 330.000 hogares afectados en Barcelona. Colapso sin precedentes en la AP-7 con 75 km de retención a consecuencia de las interminables averías, incidentes y anomalías en el servicio de cercanías de Renfe. La llegada del AVE a Barcelona y su conexión con la frontera francesa era la tarea que a este Gobierno le correspondía culminar tras el cambio de Ejecutivo. Digo culminar porque todas las grandes obras de infraestructura que ahora se ejecutan en Catalunya fueron promovidas -mal que le pese a algunos- por gobiernos del PP. Son infraestructuras necesarias para asegurar la competitividad de la economía catalana y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. El trazado y la llegada del AVE a Barcelona estaba pactado desde el 2001 con la Generalitat y los ayuntamientos. Todo estaba previsto desde entonces... salvo que sería la ministra Magdalena Álvarez quien lo debiera ejecutar. Ahora vienen las prisas electorales y cuando la ineficacia anterior debe ser corregida con urgencia, para la ministra la responsabilidad de lo ocurrido ha sido sucesivamente del azar, de la meteorología, del trazado del AVE, del PP, y ahora de las eléctricas, en ningún momento ha sido suya. Alude a la falta de inversión anterior, pero su remedio es la creación de un órgano de gestión con sede en Barcelona como gran novedad, luego el problema no era tanto de inversión como de competencia y capacidad de gestión. Pero si hablamos de inversión, hagámoslo con rigor. En los ocho años de gobierno del PP, el promedio de inversión territorializada en Catalunya respecto a la del conjunto de los presupuestos del Estado se incrementó casi en un 50%, respecto a la inversión promedio en los 14 años previos de gobierno socialista. En particular, el último presupuesto aprobado con Gobierno del PP destinó a Catalunya el 17% de la inversión total, prácticamente la que ahora se reivindica desde el nuevo Estatut. Capacidad de gestión en efecto, de eso se trata. Si de inversión presupuestada pasamos a licitación -tanto por habitante como en relación al PIB regional-, la adjudicada en el periodo 2005-2007 resulta muy inferior a la del 2000-2004, según datos de Seopan y del INE. La ministra de Fomento ha sido reprobada dos veces en el Congreso tanto en pleno como en comisión por los grupos de IU-IC, ERC, CiU y PP. La palabra la tiene ahora Zapatero y ya se ha pronunciado: 'Confía mucho en la ministra de Fomento'. El síndrome de la Moncloa ya opera en él.
JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ,
Diputado del PP por Barcelona en el Congreso

Congreso de los Diputados, 14 de agosto de 2007

Comparecencia de la señora ministra de Fomento, Magdalena Álvarez Arza, para informar sobre el funcionamiento de las infraestructuras del Estado en Cataluña.



El señor PRESIDENTE: Señorías, tal y como hemos acordado en Junta de Portavoces, el turno de intervenciones comenzará por el Grupo Parlamentario Popular. Comunico a los grupos parlamentarios que el tiempo que establece el Reglamento es de diez minutos, pero dispondrán
de quince. Serán quince minutos, es decir, les avisaré a los diez y a los quince les solicitaré que dejen la palabra. Por el Grupo Parlamentario Popular tiene la palabra el señor Fernández Díaz.

El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Señora ministra, señorías, por segundo año consecutivo el Ministerio de Fomento es la causa de que en el mes de agosto, es decir
fuera del periodo ordinario de sesiones y por tanto con
carácter extraordinario, esta Cámara se deba reunir. El
año pasado la Diputación Permanente trató, el 8 de
agosto, el caos, sin precedentes en la historia, que se
produjo en el aeropuerto de Barcelona. Recordarán
ustedes que las pistas estuvieron ocupadas un día entero
a causa de la ineficiente gestión en la concesión del
servicio de handling. Era un incidente que tenía que estar
previsto y una vez que se produjeron los hechos que se
produjeron haber sido reparado con rapidez. Más
de 100.000 viajeros de manera directa e incontables de
manera indirecta se vieron afectados. Ha pasado un año
y nadie ha asumido responsabilidades políticas.
Hoy, un año después, nos volvemos a reunir de forma
extraordinaria, fuera del periodo ordinario de sesiones,
por la situación de absoluta emergencia a la que se ha
llegado en Barcelona en las últimas semanas. La causa
es el lamentable funcionamiento de servicios públicos
básicos esenciales para la comunidad, como son, en el
caso concreto de Barcelona, el transporte ferroviario de
Cercanías de Renfe, que usan en torno a 120 millones
de viajeros al año; el colapso creado en las autopistas de
peaje, singularmente, por citar la más relevante, la autopista
de peaje A-7 a Tarragona, obligando a levantar los
peajes para aliviar unas colas de hasta 75 kilómetros
—histórico-; nuevamente el caos en el aeropuerto, en
esta ocasión sin ocupación de pistas, pero con retrasos
permanentes por un deficiente servicio de transporte al
aeropuerto y de entrega de equipaje a los viajeros. Por
si todo ello fuera poco, señorías, Barcelona también
padeció un apagón histórico el pasado 23 de julio que
afectó a 350.000 abonados; no a 350.000 barceloneses,
sino a 350.000 abonados, uno por domicilio normalmente.
Con ustedes ya ven que todo es histórico, pero
para mal: colapso en las autopistas, caos de Renfe, chapuza
eléctrica… Realmente, como recogían diversos
medios de comunicación barceloneses, no va más.
Ante esta situación, usted, señora ministra, y el presidente
del Gobierno, ahora acompañados del secretario
de Estado señor Morlán, van a Barcelona a pedir
paciencia y a decir, por supuesto, que el culpable es el
Partido Popular. El señor Morlán ha debutado muy bien:
El gran error del Partido Popular fue abandonar Cataluña.
Ustedes no la abandonan, pero con los frutos que
obtenemos de su extraordinaria presencia allí más vale
que la abandonaran.
Señora ministra, la paciencia es ciertamente una
virtud, pero en este caso usted no se la puede pedir más
a los ciudadanos; estamos hablando obviamente en términos
políticos. No estamos ante un accidente —que
siempre se puede producir—, una avería o una catástrofe
imprevisible, no; estamos ante un caso de incapacidad
política, de incapacidad de gestión, de ineficiencia y de
ineficacia. Por ello la respuesta no es más paciencia, no;
la respuesta obligada ante lo que está sucediendo desde
hace demasiado tiempo es el cese o la dimisión. Estamos
en una democracia parlamentaria, y cuando se pierde la
confianza del Parlamento no queda más remedio que ser
cesado por quien tiene esa competencia o dimitir. Ya sé
que hoy todavía no podemos contrastar las posiciones
políticas de los grupos, pero en el Pleno del 21 de marzo
—se lo dije y consta en el «Diario de Sesiones»— los
grupos que la reprobaron directamente, que le pidieron
la dimisión directamente representaban a 173 diputados;
los que la apoyaron, exclusivamente el Grupo Socialista,

representaban a 164. Eso pasó en la sesión plenaria
del 21 de marzo. Yo me pregunto si lo que ha sucedido
desde el 21 de marzo hasta ahora significa que la confianza
política se ha recuperado o si, por el contrario, ha
empeorado y se ha deteriorado más.
Señora ministra, en nuestra opinión, el tiempo transcurrido
ha demostrado ya que usted no forma parte de
la solución, sino del problema. Fíjese, señora ministra,
lo que decía usted en la sesión plenaria del 19 de octubre
de 2005, hace dos años. Dice literalmente el «Diario de
Sesiones»: Estamos trabajando para conseguir la mejora
de la regularidad del servicio de Cercanías, el incremento
de la puntualidad y para devolver la confianza en este
importante servicio público de transporte metropolitano.
Esto lo decía aludiendo a la grave situación provocada
por el deterioro por el que atravesaba el servicio de
Cercanías de Renfe en Barcelona en aquella fecha
—insisto—, octubre de 2005. Hace cinco meses, en esa
sesión plenaria extraordinaria, comparecencia de la
señora ministra, el 21 de marzo pasado, su intervención
inicial —consta en el «Diario de Sesiones»— terminaba,
literal: Termino diciéndoles, señores diputados, que
vamos a trabajar en la misma dirección para devolver en
breve —habían pasado ya dos años respecto a la anterior
afirmación y el anterior compromiso— a los viajeros de
Cercanías de Barcelona la confianza en este importante
y básico medio de transporte metropolitano. ¿Hasta
cuándo vamos a tener que creer en su compromiso y
darnos cuenta de que va acompañado efectivamente de
realidades?
Por lo que se ve, señora ministra, una vez que no ha
conseguido los objetivos a los que usted se comprometió
en sede parlamentaria, en sesión plenaria, y para no
asumir sus responsabilidades, hay que recurrir una vez
más al enemigo anterior, en este caso a los gobiernos del
Partido Popular. Ahora resultará que el culpable de que
su programa de actuación urgente, el PAU, se haya
demostrado un completo fracaso son los gobiernos del
Partido Popular. (Varios señores diputados: Sí.) Resulta
que la solución es ahora que el señor Morlán vaya a
presidir in situ en Barcelona, con residencia permanente
allí, el Comité de Coordinación Ferroviaria, que usted
anunció ya el 19 de octubre que iba a crear. ¿La solución
al problema es que el secretario de Estado, el señor
Morlán, resida en Barcelona? (La señora López i
Chamosa: Sí.) ¿El que no haya residido antes lo han
impedido los gobiernos del Partido Popular? (La señora
López i Chamosa: Sí.) Y, por cierto, ya le pregunto:
¿Quién va a atender la gestión de las infraestructuras en
el resto de España? Porque el secretario de Estado es del
ministerio y por tanto para toda España. Pregunto: ¿En
el proceso de traspaso del servicio de Cercanías de Renfe
a Cataluña, que está debatiéndose en Comisión bilateral
y discutiéndose en ponencia técnica, se va a traspasar
también el secretario de Estado? (Risas.—Un señor
diputado: No habla catalán.)
Señora ministra, señorías, les decía que el presidente
del Gobierno debería cesarla si usted no dimite, pero
¿cómo va a hacerlo si el pasado día 2, hace escasamente
doce días, en Barcelona, el señor presidente del
Gobierno, cuando fue presuntamente para dar la cara
ante los barceloneses ante la chapuza eléctrica padecida
por 350.000 abonados barceloneses, se permitió decir
allí, con lo que estaba cayendo, que se sentía orgulloso
del momento que vive Cataluña? ¿Mantiene hoy el señor
Zapatero esa afirmación? ¿Mantendría la afirmación que
hizo en esa misma visita a Barcelona hace doce días de
que si hubiera estado en sus manos el AVE hubiera llegado
antes a Barcelona? (Rumores.—Varios señores
diputados: Seguro, seguro.)
El señor PRESIDENTE: Señorías, les ruego
silencio.
El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Perdón, ¿eso qué
quiere decir, señora ministra? Lo pregunto aquí, en sede
parlamentaria: ¿Qué quiere decir? ¿Que doña Magdalena
Álvarez es la responsable de que no haya llegado antes
el AVE a Barcelona, en cuyo caso la tendría que cesar?
(Varios señores diputados: ¡No! ¡No!) ¿O es que está
reprobando a don Felipe González por haber llevado el
AVE a Sevilla en 1992 en lugar de haberlo llevado a
Barcelona? (Rumores.)
El señor PRESIDENTE: Señorías, silencio.
El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Esa es la cuestión.
¿Saben lo que pasa? Que no vale decir en cada sitio lo
que quieren oír. No vale decir en Andalucía, porque el
Partido Socialista tiene muchos votos allí, que hizo muy
bien el Gobierno en llevar el AVE a Sevilla. Yo felicito
a los andaluces, que quede claro, pero como diputado
por Barcelona y como barcelonés no puedo aceptar que
me tome el pelo y que encima diga en Barcelona que él
lamenta que haya ido antes a Sevilla. ¡Que diga eso en
Andalucía! ¡Que lo diga!
Señora ministra, el Partido Popular promovió, proyectó
y desarrolló el AVE Madrid-Barcelona-frontera
francesa, y lo que tenía usted que hacer era simplemente
no obstaculizar ese proyecto. Es su manifiesta incapacidad
de gestión la causa fundamental de los problemas
que están sucediendo, y se lo voy a demostrar con
algunos datos. Por cierto, antes habló del comisario de
Transportes y vicepresidente de la Comisión Europea,
Jacques Barrot, que la ha felicitado por el aeropuerto de
El Prat y por como van las obras de la terminal sur,
etcétera, pero no la felicita precisamente por la interconexión
del AVE con Francia. ¿Qué nos puede decir
respecto a la carta que le ha dirigido el 27 de junio el
comisario de Transportes, señor Barrot? En ella le acusa
a usted de falta de transparencia por haberse enterado
por la prensa de la demora del AVE Barcelona-frontera
francesa, que no llegará, como estaba previsto y se había
comprometido el Gobierno de España a través de usted,
en febrero de 2009, sino en 2012. Advierte además de
que ese retraso puede disminuir las ayudas europeas
procedentes del Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
La acusa a usted de que el Estado español no ha cumplido
con los compromisos asumidos en esta infraestructura,
le pide explicaciones y le reclama soluciones
urgentes; el pasado 27 de junio. Yo le pregunto: ¿Se ha
reunido usted con el comisario, señor Barrot, para explicarle
las causas y consecuencias del retraso de la llegada
del AVE a la frontera francesa? ¿Le ha contestado usted
a los requerimientos del 27 de junio? ¿Qué compromisos
ha asumido?
La señora ministra, en otros momentos, así como el
señor Morlán y recientemente el presidente de Adif han
dicho que una de las causas de las averías que se están
produciendo en el servicio de Cercanías es el desgraciado
corredor que se decidió realizar para que el AVE
llegara a Barcelona, concretamente el trazado que coincide
con los servicios de Cercanías. Señora ministra,
usted sabe que dicho trazado fue pactado en el año 2002
por el Ministerio de Fomento, la Generalitat de Catalunya
y los ayuntamientos afectados, como no podía ser
de otra manera (Una señora diputada: ¡Ahí estamos!)
Hablo del Ayuntamiento de Sant Boi, alcalde socialista,
del Ayuntamiento de El Prat, alcalde socialista (La
señora López i Chamosa: ¡El de El Prat, no!—Un
señor diputado: ¡Cállate!); del Ayuntamiento de
L’Hospitalet, alcalde socialista —perdón, rectifico, señor
Tejedor, Iniciativa per Catalunya—, y el Ayuntamiento
de Cornellà, alcalde señor Montilla, que supongo le
suena. Con todas esas personas y con todas esas instituciones,
como debía ser, se pactó ese trazado y se sabía
desde el año 2001. Por tanto, cuando usted llegó al
ministerio sabía que desde hacía cuatro años ese era el
trazado. Lo único con lo que efectivamente no se contaba
era con que usted tendría que ejecutar dicho proyecto.
En eso es en lo único que ha fallado la cosa. Esa es la
cuestión, señora ministra, porque ahora no se trata tanto
de un problema de inversión como de un problema de
gestión, pero como ustedes insisten, para no asumir sus
responsabilidades políticas, en que los problemas
actuales son consecuencia de la falta de inversión en
Cataluña por parte de los gobiernos del PP, me voy a
permitir recordarle algunas cifras. Por ejemplo, en el
periodo 1996-2004, con gobiernos del PP, la inversión
territorializada del Estado en Cataluña respecto al conjunto
de los presupuestos del Estado fue en promedio
del 11 por ciento. Lo cogimos en el 8 por ciento, presupuesto
del año 1996, y lo dejamos en el 17 por ciento,
presupuesto del año 2004. En el anterior periodo del
Gobierno de ustedes, periodo 1982-1996, el promedio
fue del 7 por ciento. Por tanto, como le he dicho, en el
año 1996, con un presupuesto prorrogado del año 1995,
la inversión fue con ustedes del 8 por ciento y la dejamos
en el 17 por ciento. Por consiguiente, en calidad no hay
comparación y tampoco en inversión.
Si quiere que le dé datos concretos le diré que en
año 1996 las inversiones del Estado en Cataluña fueron
de 571 millones de euros. En el año 2004, último presupuesto
aprobado con Gobierno del PP, fue de 2.740
millones de euros. Esos son los datos concretos. Y si
quiere que entre en una descripción más cualitativa que
ponga de manifiesto hasta qué punto con gobiernos del
Partido Popular se incrementó el esfuerzo inversor en
Cataluña exponencialmente, le voy a dar dos datos y
además le voy a citar las fuentes que son Seopan y el
Instituto Nacional de Estadística. Licitación pública
—porque conviene pasar de inversión a licitación ya que
ahí es donde se ve la capacidad de gestión, que nosotros,
señora ministra, ponemos totalmente en cuestión— promovida
por la Administración General del Estado en
Cataluña, expresada en primer lugar, como porcentaje
del PIB regional: año 2003, Gobierno PP, 2,0. Es decir,
la licitación pública que promovió la Administración
General del Estado en Cataluña en el año 2003 representó
el 2 por ciento del PIB de Cataluña. ¿Sabe a cuánto
pasó en el año 2004, primer año del Gobierno socialista?
Al 0,6. En 2005 pasó al 1,1; en 2006 pasó al 1,0. Exactamente
la mitad en licitación en relación con el PIB
regional respecto a lo que habíamos llegado nosotros.
Señora ministra, INE y Seopan, y si quiere luego se lo
doy. No obstante, si usted quiere que pase a licitación
—no ya inversión—, por tanto competencia, capacidad
de gestión, en Cataluña promovida por la Administración
General del Estado en relación con la población para un
índice 100 de España, le diré que en Cataluña en el
año 2003 fue de 128,4 por habitante; retenga la cifra.
En 2004, 57,0; 2005, 91,5, y 2006, el último año, 70,8.
Esos son los datos oficiales de licitación del Estado en
Cataluña en relación con el PIB regional y en relación
con la población, según datos del Instituto Nacional de
Estadística y de Seopan, y tengo este informe a su disposición.
Por tanto, eso de que la culpa es del Partido
Popular no se lo cree nadie. En todo caso se lo creerán
los que quieren creerse las mentiras para intentar tapar
la incapacidad de gestión que está poniendo de manifiesto
este Gobierno y singularmente el Ministerio de
Fomento en relación con un servicio público tan fundamental
como son las infraestructuras de comunicaciones.
El señor PRESIDENTE: Señor Fernández, le queda
un minuto.
El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Voy terminando,
señor presidente.
El señor Morlán, que ahora va a tener su base permanente
en Barcelona, ha debutado diciendo que el gran
error del Partido Popular fue abandonar a Cataluña y que
la culpa de las averías de Renfe es que el material rodante
que se adquirió durante los gobiernos del PP se destinó
a Madrid y no a Cataluña. Pues bien, les voy a decir tres
cosas. Primera, es impropio de un secretario de Estado
entrar en guerras territoriales Madrid-Barcelona.
Segundo, es más grave todavía utilizar la mentira para
crear agravios comparativos entre Madrid y Cataluña. Y
tercero, los datos son falsos. Asimismo, le voy a decir
que la última compra de convoyes que se efectuó con
gobiernos del Partido Popular se decidió en consejo de
administración de Renfe de octubre de 2003. Se compraron
ochenta convoyes: cuarenta fueron para Madrid
y cuarenta para Barcelona. Si quiere más datos se los
daré en la réplica.
También quiero decirle otra cosa respecto al incidente
que se produjo el pasado 8 de agosto en Cercanías
cuando tres rayos afectaron a tres catenarias y resultaron
afectados nada más y nada menos que 182 convoyes, 120
de Cercanías, 40 de media distancia y 22 de largo recorrido,
y también afectó a más de 33.000 viajeros. Fueron
tres rayos y tres catenarias. Señora ministra, ¿en los
convoyes distintos no hubiéramos tenido esa avería?
¿Sabe lo que dijo el presidente de Adif? Que el sistema
de protección ante la caída de rayos no había fallado,
que simplemente no había podido soportar una descarga
eléctrica tan potente. ¿Tan potente, y resulta que solo
hubo ocho semáforos averiados en la ciudad de Barcelona?
¿Tan potente, y solo fueron doce los servicios que
prestaron los bomberos de Barcelona cuando ante una
tormenta potente se producen 150 servicios? Dese usted
cuenta de que ni es verdad lo que ha dicho el señor
Morlán, ni es verdad lo que ha dicho el presidente de
Adif ni es verdad lo que dice usted, señora ministra.
El señor PRESIDENTE: Por favor, señor Fernández,
tiene que terminar ya.
El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Termino, señor presidente,
no se me enfade. (Protestas.) Termino.
Durante casi toda esta legislatura en Cataluña nos
hemos dedicado a debatir sobre el Estatuto de Cataluña,
sobre si Cataluña era o no una nación, sobre si tenía
derecho a la soberanía, sobre la autodeterminación; sobre
las nuevas competencias, y entre tanto no se han adoptado
decisiones que Cataluña y sus ciudadanos demandaban
y necesitaban. Como saben, Cataluña ha tenido
un espectacular crecimiento de población. En muy poco
tiempo hemos pasado de seis a siete millones de habitantes,
concentrados además en sus dos terceras partes
en Barcelona y su entorno metropolitano. Este hecho,
unido a las exigencias de la competitividad de su economía,
precisaban de una auténtica planificación estratégica
de sus infraestructuras básicas de comunicación.
Como ha dicho el señor Duran i Lleida —y tiene
razón—, ustedes no han puesto en marcha ni una sola
obra pública o infraestructura importante; todas las que
están malejecutando fueron promovidas con gobiernos
del Partido Popular. Por ello, señora ministra, termino
como había empezado. Si hoy se confirma una vez más
lo que sucedió en el Pleno del 21 de marzo —son las
reglas del juego en una democracia parlamentaria— a
usted no le queda más que la dimisión o pedirle el cese
al señor presidente del Gobierno. Usted no tiene el apoyo
de esta Cámara (Un señor diputado: Será el tuyo.) y
esta Cámara representa a los ciudadanos, representa la
soberanía popular. (Aplausos.)


El señor PRESIDENTE: Señorías, como hemos
dicho, daremos un segundo turno que, dada la hora, será
de cinco minutos. Pido a los portavoces que se atengan
a él porque, si no, no acabaremos a una hora razonable
la Comisión.
Tiene la palabra, en primer lugar, el portavoz del
Grupo Parlamentario Popular, señor Fernández Díaz.
El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Señora ministra,
comprendo que usted esté nerviosa y que lo esté
pasando mal, y lo digo sin ironía. El que no lo comprenda
es que no entiende nada, porque, con la que está
cayendo, la ministra de Fomento, directamente responsable
desde el punto de vista político de la gestión de
servicios públicos fundamentales y básicos para la
comunidad como son los de infraestructuras —que
tanto están afectando a centenares de miles de barceloneses
en estos momentos—, es evidente que lo tiene
que estar pasando mal. Si no lo estuviera pasando mal,
peor, porque los ciudadanos sí que lo están pasando
muy mal. Comprendo que lo esté pasando mal y, repito,
lo digo desde el respeto y sin ironía. Ahora bien, una
cosa es que usted lo esté pasando mal y en consecuencia
esté nerviosa, y otra es que nos traslade a nosotros lo
que usted está sintiendo o lo que piensa. Estamos sinceramente
preocupados por lo que está pasando y sobre
todo viendo que usted se muestra incapaz de dar la
vuelta a esta situación, porque en octubre de 2005 hizo
unas promesas, en marzo volvió a hacer otras promesas
solemnemente en sede parlamentaria, que constan
el «Diario de Sesiones», y esos compromisos no se han
cumplido. Por tanto, esta es una letra que ya ha vencido.
Usted se ha demostrado políticamente incapaz de gestionar
de manera adecuada esos servicios públicos, y
eso, en política —otra cosa es en lo personal, donde
todos podemos sentir muchas cosas en común y ante
todo respetar siempre— tiene una respuesta, que es la
dimisión y si no el cese. Eso es así y son las reglas del
juego.
Señora ministra, todo exceso es mediocre. Aunque
nosotros fuéramos tan malos, tan malos y tan incompetentes
como usted dice que somos, en ocho años hubiera
sido imposible no hacer nada. Usted se pasa demasiado,
pero acepte que algo, aunque sea poco, debimos hacer
bien. ¿Todo lo hemos hecho mal? Eso es casi tan difícil
como no acertar ningún resultado en una quiniela de
catorce. Es casi tan difícil acertar catorce resultados
como no acertar ninguno. Por favor, sea un poco más
comedida y objetiva en sus críticas.
Le voy a poner unos ejemplos porque esto hay que
tratarlo con seriedad. Yo reconozco que ustedes hicieron
el AVE Madrid-Sevilla y que esa fue una obra de infraestructuras
extraordinaria. Lo único que tengo es una
sana envidia, porque ojalá lo hubiéramos tenido para
Barcelona. Me alegro por los andaluces. Había que tomar
una decisión, se tomó y nosotros nunca la criticamos, lo
que sí le digo es lo siguiente: ¿Por qué viene ahora el
señor Zapatero a Barcelona y dice literalmente a los
catalanes que si hubiera estado en su mano el AVE habría
llegado antes a Barcelona? Desde el año 2004 está en su
mano. Por tanto, o es una crítica a usted o a los que
llevaron el AVE a Sevilla. (Rumores.)
El señor PRESIDENTE: Silencio, por favor. Les
ruego silencio.
El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Tengo las ideas
demasiado claras. Lo voy a repetir para que lo entiendan.
No se puede decir en Andalucía lo que quieren oír los
andaluces y en Cataluña lo que quieren oír los catalanes,
aunque sean cosas contradictorias. No puede venir a
Cataluña a decir implícitamente que si de él hubiera
dependido el AVE hubiera venido antes a Barcelona,
(Rumores.) porque eso quiere decir que en lugar de a
Sevilla hubiera ido a Barcelona. ¡Que lo diga eso en
Andalucía! (Un señor diputado: No hizo eso.) Desde
la buena voluntad y un mínimo de inteligencia se
entiende lo que quiero decir.
Seamos serios para contradecir lo que yo he dicho en
relación con lo que había dicho el señor Morlán de que
con gobiernos del PP —ha sido él quien lo ha dicho— ni
un solo elemento de material rodante se puso en Cercanías
de Cataluña. No se pueden decir estas cosas porque
es mentira. Fíjese qué seriedad. El 19 de abril del
año 2004, es decir, el día que toma posesión en el ministerio,
formaliza el contrato de 80 trenes. (La señora
ministra de Fomento, Álvarez Arza: ¡Talgo!) ¿Alguien
cree seriamente que eso se puede hacer si antes el
Gobierno anterior no ha hecho todas las gestiones y
trabajos previos para ser adjudicado? Por favor, seamos
serios. (Rumores.)
El señor PRESIDENTE: Silencio, por favor, señorías.
El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Si quiere le hablo del
año 1997, o del año 1998, en que se destinaron 66 unidades
a Barcelona para Cercanías; 20 en 1997 y 46
en 1998, también con gobiernos del PP. Seamos un poco
serios.
Nos habían dicho de todo, pero que el caos de El Prat
del 28 de julio era culpa del PP, hasta hoy, no nos lo
habían dicho. También nos ha dicho que le teníamos que
agradecer que usted tuvo el valor de abrir el melón de la
concesión del handling y de sancionar con 1,1 millón de
euros a esa empresa. O sea, que lo que hemos de hacer
es darle las gracias por cómo se gestionó la concesión
de ese servicio que llevó al caos aeroportuario el 28 de
julio en El Prat de Barcelona. ¿Se da cuenta de hasta
dónde llega la desmesura? Nos ha dicho que la culpa fue
nuestra porque no tuvimos el valor de abrir ese melón.
No abra más melones si va a crear tanto caos, porque
usted va a caos por melón. ¿Está claro?
El señor PRESIDENTE: Señor Fernández, tiene que
terminar su señoría, por favor.
El señor FERNÁNDEZ DÍAZ: Termino.
He aludido a cifras del Instituto Nacional de Estadística,
señora ministra, y de Seopan, y las cifras del ministerio
no las cuestiono. Usted haga el favor de no cuestionar
cifras de otras instituciones que también tienen
derecho a hacer análisis y estudios en relación con las
cifras que usted da. He hablado del Instituto Nacional
de Estadística y de Seopan, lo tengo por escrito y lo
mantengo.
Por último, le pido, señor presidente, la carta que el 2
de julio la señora ministra dirigió al comisario de Transportes,
señor Barrot, contestando a la que él mismo le
dirigió el 27 de junio, para conocer en qué términos ha
respondido al requerimiento y a la acusación gravísima
que el comisario hizo a la ministra.
Termino, señora ministra. Hoy usted aquí ha sido
reprobada directamente. Le han pedido la dimisión
cuatro grupos parlamentarios, que representamos a 170
diputados. Explícitamente solo la ha apoyado un grupo
con 164 diputados. Ya sé que no va a dimitir ni que la va
a cesar de momento el señor presidente del Gobierno,
pero le hago un pronóstico: Le va a pasar como a la
ministra Sansegundo, que el día en que se aprobó la Ley
de Educación la cesó; el día en que el AVE llegue a
Barcelona usted cesará como ministra de Fomento.
(Aplausos.)

domingo, 19 de agosto de 2007

ABC, domingo 19 de agosto de 2007

¿Hasta cuándo, señor Rodríguez Zapatero?

El 14 de agosto, y por segundo año consecutivo -en periodo extraordinario de sesiones-, Cataluña volvió a ser noticia negativa en el Congreso. En esta ocasión la causa fue el mal servicio de diversas infraestructuras dependientes del Gobierno de la nación.

El pasado año lo fue por un histórico caos en el aeropuerto de El Prat, provocado por la ocupación de las pistas durante muchas horas, que ocasionó una gravísima perturbación del tráfico aéreo y afectó a más de 100.000 viajeros. Por desgracia, la imagen que Barcelona dio al mundo se situó en las antípodas de la gran capital que fue capaz de organizar con brillantez los Juegos Olímpicos de 1992. Esa jornada ya es un paradigma de la Barcelona de la actual legislatura: hundimiento de El Carmelo, anulación de una cumbre europea por miedo a los okupas, etcétera.

Ahora, ante el calamitoso funcionamiento de diversos servicios públicos básicos para la Comunidad, la respuesta del presidente de Gobierno y de la ministra de Fomento ha sido la de pedir calma a los ciudadanos y la de culpar al PP de la situación existente.

Como es sabido, la causa principal -que no única- de los incidentes y averías que se producen son las obras de infraestructuras para la llegada del AVE a Barcelona, cuyo trazado coincide con el corredor del servicio de Cercanías de Renfe. Este proyecto es de gran complejidad técnica y por eso la eficiencia y la capacidad de gestión resultan imprescindibles: y esto es lo que falta en el Ministerio de Fomento.

No quiero hacer aquí y ahora una narración exhaustiva de los accidentes, incidentes y averías de todo tipo padecidas por los ciudadanos de Barcelona en los tres últimos años porque sería interminable. Sólo citaré dos de las últimas como ejemplo: una, la producida el pasado 8 de agosto por unos rayos que inutilizaron tres catenarias, afectando a 180 convoyes y a más de 33.000 viajeros. Otra, el colapso de la carretera AP7 con atascos de más de 75 kilómetros, producido por el incremento de tráfico como consecuencia de la falta de confianza de muchos viajeros en el servicio de Cercanías.

Para comprender el estado de ánimo de gran parte de la sociedad catalana, recordemos que entre el caos de El Prat y este último incidente se han producido multitud de anomalías en un medio de transporte que utilizan 120 millones de pasajeros al año en Cataluña; sin olvidar el apagón histórico que el pasado 23 de julio dejó en Barcelona sin suministro a 300.000 abonados, afectando a un millón largo de barceloneses.

Las chapuzas vienen de lejos. Por ello, ya en octubre de 2005, en sesión plenaria, la Ministra de Fomento hubo de asumir el compromiso de que en «muy breve espacio de tiempo se iban a recuperar los estándares de calidad en el servicio, de puntualidad, así como de confianza de los ciudadanos». En septiembre pasado se reiteró este compromiso y presentó en la Cámara Baja el PAU -Plan de actuación urgente- como aval del mismo. Por fin, el pasado 21 de marzo, y ante la situación insostenible creada en la opinión pública, tuvo que comparecer una vez más -y ahora con carácter extraordinario- ante el pleno del Congreso para responder por las críticas recibidas. Allí volvió a reiterar solemnemente su compromiso de recuperación de la normalidad en la prestación del servicio ferroviario de Cercanías en Cataluña.

Como la confianza y la paciencia no dan más de sí, ahora la ministra se ha inventado un nuevo argumento: «la culpa de lo que sucede es del Partido Popular, que en sus ocho años de gobierno abandonó Cataluña». En nuestra idea de Cataluña y de España, «lo que es bueno para Cataluña es bueno para España y viceversa». Por ello, en aras de la verdad debo recordar unas cifras.
Durante el periodo de gobierno socialista 1982-1996, el promedio de inversión territorializada en Cataluña fue del 7 por ciento del total de los Presupuestos Generales del Estado. Este promedio se elevó hasta el 11 por ciento en los ocho años de gobierno del PP, alcanzando el 17 por ciento en el presupuesto del año 2004. Con datos del INE y SEOPAN, si pasamos de inversión presupuestada a licitación adjudicada -dato decisivo para evaluar la eficiencia y capacidad de gestión- resulta que con el PP en el Gobierno la licitación -tanto por habitante como en relación al PIB regional- supera ampliamente la del periodo 2004-2007. Queda desmontada así la falacia de que es la falta de inversión de los Gobiernos del PP la responsable de la actual situación.

En esta legislatura los Gobiernos de España y Cataluña han equivocado sus prioridades. Con el impulso decisivo del señor Rodríguez Zapatero han consumido sus energías en iniciativas -como el nuevo Estatuto para Cataluña- que no demandaba la sociedad catalana, mientras ni se gestionaba correctamente el día a día ni se proyectaban nuevas las obras de infraestructuras que la competitividad de la economía catalana y la calidad de vida de sus ciudadanos exigían. Ahora pagamos las consecuencias.

Cuatro grupos parlamentarios que representan a 170 diputados han pedido la dimisión de la ministra de Fomento. La señora Álvarez ha respondido que a ella no es nombrada por el Congreso, sino por el presidente del Gobierno y que seguirá en su puesto mientras tenga su confianza, aunque no tenga la de la Cámara. Así le ha endosado al señor Rodríguez Zapatero, directa y personalmente, la responsabilidad política por la situación que padece Cataluña. ¿Hasta cuando. señor presidente?

Jorge Fernández Díaz
Diputado por Barcelona
Secretario General del Grupo Popular en el Congreso